Sarvangasana, postura de todos los miembros. Si
su práctica es constante beneficiará extraordinariamente al practicante, debido
a su utilidad tanto física, como mental y espiritual.
Durante la práctica del asana debe
guardarse un perfecto equilibrio y mantener siempre bien extendidas las
piernas. Todo el peso del cuerpo descansa sobre la parte superior de la espalda
y los codos como únicos soportes. Cuando se está en la postura es necesario
concentrar el pensamiento sobre la glándula tiroides, que está ubicada en la
región anterior del cuello y exactamente delante de la laringe. Inspirar y
retener el aliento lentamente y espirar después el aire. Repetir estos
movimientos respiratorios por tres veces. Se puede practicar la Sarvangasana
dos veces por día, de mañana y de tarde. Esta postura se realiza especialmente
para tonificar la tiroides y así, favorecer las armónicas funciones del
organismo. Vale recordar que la glándula tiroides desempeña en el organismo una
importante función hormonal. Ella contribuye poderosamente, mediante su
secreción, al equilibrio de las diferentes funciones orgánicas (circulatorias,
respiratoria, metabólica, genital, etc.), junto con glándulas endocrina, como
por ejemplo, la hipófisis, la pineal, la suprarrenal, las glándulas sexuales,
etc.
Esta ASANA permite, pues, una mayor
elasticidad de la columna vertebral y, como consecuencia de la mejorada
circulación de la sangre, impide a las arterias endurecerse prematuramente, lo
que es, como sabemos, señal de cercana vejez. Es tanta la importancia que los
Venerables “Gurúes” de la India conceden a esta Asana que la llaman también
Asana “Misteriosa”. Para desarmar se bajan las piernas suavemente hacia el
suelo, ojalá evitando temblores.
Salabhasana o “postura de la langosta”, porque
se asemeja a la postura que adopta la langosta cuando está pronta para dar el
salto, La postura se arma de la siguiente manera: acostarse con la superficie
anterior del cuerpo sobre el suelo y colocar los brazos extendidos naturalmente
a los lados con las palmas de las manos hacia arriba. Inspirar luego
lentamente, puraka, retener durante cierto tiempo el aliento, kumbaka, durante
el cual se levantan lentamente la cabeza y las piernas hasta donde sea posible,
describiendo así una especie de semi circunferencia con su concavidad hacia
arriba. Quedarse en esta postura durante 5 a 10 segundos y, después, al mismo
tiempo que se bajan las piernas y la cabeza muy lentamente, espirar, también
lentamente, el aire retenido, rechaka. Repetir el ejercicio por seis o siete
veces.
Existen dos variantes de Salabhasana:
la primera consiste en colocar ambas manos por debajo del vientre y la segunda
en colocar las manos apoyadas en el suelo a la altura del pecho.
La práctica de Salabhasana permite una
mayor elasticidad en las articulaciones de las vértebras cervicales, dorsales y
lumbares. Además al poner en contracción los músculos extensores de las
piernas y los músculos de la pared abdominal, aumentar la presión
endo-abdominal y, en consecuencia, tonificar todos los órganos abdominales. permitir
más fácilmente los movimientos peristálticos y antiperistálticos del intestino
y, en consecuencia, la más fácil eliminación de las materias fecales acumuladas
en el colon descendente, sigma cólico y recto. Todos lo que sufren de
estreñimiento pueden, practicando esta Asana, curarse radicalmente sin
necesidad de tomar ninguna clase de laxantes.
Los resultados indirectos que poco a
poco irán manifestándose en todo ser humano, pueden ser clasificados como
sigue:
1.- Debido al ejercicio muscular, la
tonicidad y desarrollo de los músculos puestos en acción aumenta, y el aspecto
físico, consecuentemente, será más armónico en sus diferentes regiones y más
hermoso.
2.- También la plasticidad y el mayor
juego de las articulaciones permitirá más facilidad en los movimientos, evitará
el cansancio rápido, volverá agradable largos paseos, evitará la fatiga al
subir escaleras o después de una breve caminata.
3.- Como consecuencia de la eliminación
de todas las sustancias tóxicas acumuladas en los tejidos, la circulación
sanguínea de la piel será más activa y ésta adquirirá una suavidad y tersura
que le darán un aspecto juvenil. El cabello crecerá abundantemente, las uñas
tendrán mayor consistencia, los ojos mostrarán un brillo y una vivacidad que
será la expresión de una perfecta salud física.
4.- También las funciones psíquicas
serán activadas, la inteligencia se mostrará más viva, la memoria robustecida,
la concentración y la meditación podrán ser realizadas mucho más fácilmente y
cualquier sensación de cansancio mental que eventualmente pudiera existir,
desaparecerá rápidamente. Se desarrollarán especialmente la intuición y la
telepatía.
5.- El poder atractivo será
poderosamente aumentado y hará despertar en todos los que nos rodean, debido a
nuestra alegría y vitalidad, una intensa simpatía.
6.- Como síntesis de todos estos
desarrollos físicos, anímicos y mentales, se determinará un equilibrio armónico
de todo el ser, que permitirá una mayor actividad del espíritu y,
consecuentemente, dar un paso más en el Sendero de la Evolución.
Halasana o “postura del arado” el armado de esta asana es la siguiente:
Recostarse en el suelo, sobre la acostumbrada alfombra, en posición dorsal, con los brazos extendidos y con las palmas de las manos apoyadas en el suelo. Se levantan, después, muy lentamente y sin esfuerzo las piernas juntas hasta lo máximo posible. Apoyándose sobre las palmas de las manos, siempre estando con los brazos extendidos, levantar el tronco hasta que el mentón, apoyado contra el pecho, impida al tronco mayor elevación. Al comienzo, por la escasa elasticidad de las articulaciones de las vértebras y por la poca amplitud de los movimientos, debido en parte a la acumulación del panículo adiposo subcutáneo, capa profunda de la piel que actúa como aislante del frío y el calor, no se podrá llegar a elevar bastante el tronco y hacer llegar los pies hacia arriba de la cabeza, pero, gradualmente, con el ejercicio, se podrá llegar a realizar la Halasana perfectamente y sin ningún esfuerzo. Estando en la posición descrita, empezar a respirar muy lentamente, inspirando durante el tiempo en que, mentalmente, se cuenta hasta 7, reteniendo el aliento también durante el tiempo en que se cuenta hasta 7 y espirar, en fin, durante le mismo lapso de tiempo. Estas respiraciones deben ser repetidas por tres veces, siempre sin esfuerzo y lentamente.
Existen dos variantes de
Halasana:
1.- La primera variante se realiza de
la siguiente manera: Después de haber realizada la Asana hasta obtener la
posición de la Figura anterior, levantar los brazos extendidos hasta poder
llegar a tocar con los dedos de las manos los dedos gruesos de los pie y aún
asirlos. Es muy difícil, al comienzo, realizar esta variante, pero, con la
práctica, después de poco tiempo se llegará a obtener esta posición con gran
facilidad.
2.- La segunda variante se llama
Uttana-Padasana, Uttana significa “alto” y Pada significa “pie”. Por eso esta
variante de la Halasana, es llamada también “postura alta de los pies”. El
armado es el siguiente: después de haberse colocado en posición dorsal,
levantar lentamente las piernas juntas y extendidas (sin levantar el dorso)
hasta la máxima posición, al mismo tiempo que se inspira lentamente (contando
mentalmente hasta 7). Se puede repetir esta variante por tres veces.
Los beneficios de esta postura son los
siguientes:
1.- Aumento de las elasticidad en las
articulaciones vertebrales y coxofemorales.
2.- Aumento de la contractilidad de los
músculos de la columna vertebral, de la pared abdominal y de los brazos y
piernas.
3.- Tonificación del gran simpático y
de los nervios espinales.
4.- Mayor flujo de sangre en las arterias
de la columna vertebral y, en general, en todas las arterias que llevan sangre
a los músculos y articulaciones puestas en movimiento. Se obtiene mayor
nutrición de los tejidos y aumento de la vitalidad celular (Jiva) por el Prana
o Fuerza Vital que más abundantemente es llevado por la sangre a las
células.
5.- Sensación general de euforia, mayor
amplitud de los movimientos articulares, aumento del tono muscular y, como
consecuencia, sensación general de levedad y agilidad con sus influencias psíquicas
de alegría y de mayor aptitud para el trabajo, sea físico o mental.
6.- Cura progresiva, a medida que va
practicando la HALASANA, de las enfermedades reumáticas, articulares y
musculares.
7.- Debido a la oxidación del panículo
adiposo subcutáneo o de la gordura que, eventualmente, pudiera estar depositada
en los órganos internos, desaparece el exceso de gordura en los depósitos
adiposos y, consecuentemente, el aspecto externo adquiere una forma armónica y
estética
8.- Debido a la mayor oxidación y a la
mayor eliminación de las substancias tóxicas provenientes del catabolismo
celular, van despareciendo, poco a poco, el estreñimiento y la congestión
hepática.
9.- Por el aumentado drenaje y por el
retorno a la normalidad de las funciones del “intercambio material”,
desaparecen los cálculos de la vesícula biliar y los del bacinete renal.
10.- La columna vertebral en su parte
ósea (vértebras), es el sostén de todo el tronco y, por los órganos
principalísimos que contiene (médula) o se hallan cercanos (nervios espinales,
cordones del gran simpático, con sus ramificaciones, etc.) es de excepcional
importancia en la organización del cuerpo humano, por eso los yoguis le han
prestado siempre sus mayores cuidados.
Dhanurasana o “postura del arco” Su armado es el siguiente: recostarse en el suelo en posición ventral manteniendo los brazos bien extendidos a lo largo del cuerpo y evitando la más mínima contracción muscular. Flexionar después lentamente las piernas sobre los muslos y levantar los brazos hasta que las manos puedan asir los tobillos. Contrayendo los músculos de los brazos, atraer las piernas en dirección a la cabeza, al tiempo que se levantan del suelo, en lo posible, los muslos y el pecho, echando la cabeza hacia atrás. Inspirar lentamente contando, como siempre mentalmente, hasta 7, retener el aliento por igual espacio de tiempo y luego espirar lentamente. Volver, en fin, a la posición primitiva, bajando lentamente piernas, brazos y pecho. Esta Asana puede repetirse tres veces, cuidando no realizarla NUNCA con el estómago lleno. Si se quiere puede efectuarse junto con otras Asanas.
Los efectos benéficos
de Dhanurasana se describen a continuación:
1.- Aumento de la tonicidad de todos
los órganos abdominales; debido al hecho de descansar todo el cuerpo sobre el
vientre, la inspiración y las espiración permiten efectuar un verdadero masaje
endoabdominal.
2.- Como consecuencia del aumento de la
tonicidad del intestino y de los órganos, van poco a poco despareciendo el
estreñimiento, las hepatitis debidas a diversas causas, las colecistitis y
calculosis de la vesícula y las ectasias y problemas gástricos.
3.- Aumento de la elasticidad de la
columna vertebral y mayor amplitud de los movimientos articulares de las
vértebras.
4.- Como consecuencia, se van
corrigiendo gradualmente las deformaciones de la columna, como cifosis,
escoliosis y lordosis.
5.- Aumento del tono de los músculos de
los brazos, de los muslos, de los extensores del cuello y especialmente de
todos los de la pared abdominal.
6.- Oxidación de las grasas de los
diversos depósitos orgánicos y especialmente del panículo adiposo subcutáneo de
la pared abdominal.
7.- La practica diaria de la Dhanurasana, en fin, acompañada de una alimentación racional, restablece el perfecto equilibrio de las funciones gastrointestinales y, por consiguiente, un normal metabolismo celular.
Savasana y puede ser practicada, después de un
intenso trabajo, físico o mental, o al terminar otras Asanas, pues ésta es
conocida como la “postura de la revitalización”. Acostarse en el suelo, en
posición dorsal, manteniendo las piernas juntas, los talones también juntos,
pero los dedos gruesos separados de los demás dedos de los pies, los brazos
naturalmente extendidos a los lados del cuerpo. Estando en esta posición, que
es la de un absoluto descanso, cerrar los ojos y empezar a respirar lentamente,
relajando completamente todos los músculos del cuerpo.
Se debe realizar esta Asana con los
ojos cerrados, siendo muy importante que el relajamiento empiece por lo dedos
de los pies para terminar por los músculos faciales, no debiendo procederse a
relajar una zona de músculos, antes de haber obtenido el perfecto relajamiento
de todas las precedentes. Los que llegan a practicarla debidamente notan que
consiguen hasta dar un relajamiento o descanso a la actividad respiratoria,
cardiaca y mental.
Los que deseen practicarla para fines
elevados, deberán repetir continuamente el místico monosílabo OM, pensando en
el Espíritu, meditando también sobre la calma, la serenidad y la pureza de
pensamiento y actos. No dormirse, continuando en la meditación durante quince
minutos por lo menos, que puede ser progresivamente aumentado hasta sesenta
minutos. Es muy aconsejable practicar esta Asana tres veces al día: mañana,
medio día y noche.
Los beneficios de Savasana son los
siguientes;
1.- Devuelve al cuerpo, cansado por
cualquier especie de actividad, una benéfica energía y estado de serenidad a la
mente.
2.- Practicada con alguna persistencia,
realiza una recuperación de energía muy considerable, y practicada después de
otras Asanas, durante las cuales el mayor desgaste causa un metabolismo más
activo, la Savasana proporciona a todos los tejidos un verdadero baño de
sangre, francamente oxigenada, por la mayor facilidad en la distribución sanguínea
periférica y por consiguiente, facilita la reposición del estado energético
normal.
3.- Siendo también la Savasana la
aplicación de la “ley del menor esfuerzo”, continuamente usada por la
Naturaleza, enseña al hombre a practicar en beneficio de su propio organismo,
este “culto del descanso” entre dos series de esfuerzos, dando así oportunidad
a los diversos órganos de recuperarse por auto-reorganización, lo que
constituye una de las enseñanzas más importantes de la Yoga.
4.- Este ternario activo que compone la
actividad humana, o sea, respiración, circulación y mentalización, no solamente
se reorganiza por la Savasana, sino que sus reales lazos y mutuas reacciones
naturales, se hacen cada vez más efectivas y perfectas. Así, por ejemplo, los
que lleguen a poder relajar, progresivamente, el plexo solar, llegarán con eso
a un progresivo control del sistema nervioso, lo que les permitirá manejar
voluntariamente sus emociones y también recargar las baterías psíquicas.
5.- Como esta Asana combina, a la vez,
postura y meditación, su práctica dará, progresivamente, no sólo un estado de
salud física más estable, sino también, un profundo bienestar, tranquilidad,
calma, una verdadera paz. Y por eso se recomienda tanto al estudiante que
utilice la Savasana para meditar sobre la Paz.
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